Son unos niños llamados: Carlos, Adrián y Marcos.
Su madre les castigaba mucho y un día construyeron un cohete para ir a la Luna.
Se escaparon allí y se encontraron con un alienígena, que fue su mejor amigo.
Unos años después, por la noche, escucharon unos pasos: ¡Eran cazarrecompensas espaciales! Querían cogerlos y venderlos; pero ellos idearon una trampa: pusieron unos muñecos iguales que ellos y, mientras trataban de cazarlos, huyeron con el cohete hacia su antiguo hogar en la Tierra.
Álvaro
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