domingo, 30 de octubre de 2011

"¡Cómo me gusta Halloween!"


Érase una vez un niño que fue al colegio y, cuando llegó el recreo, se fue al patio y todo era normal.
Llegó la hora de la lectura, cogió un libro y, cuando se dio la vuelta, ya no había nadie allí. Miró en otra y sólo encontró un cartel:
"¡Mira en la siguiente!"
Luego encontró un espantapájaros en el que ponía:
"¡Busca en el patio!"
Allí tampoco había más que murciélagos, esqueletos y calabazas...

Se puso a hacer las tareas y empezó a oír una voz:
"¡Jaimeeeeee, voy a por ti!"
Nervioso, se puso a gritar y escapó corriendo hacia un lugar muy tenebroso: muñecas con una sonrisa de miedo, niños pidiendo socorro...

Al final, encontró a quien estaba raptando a todos: una muñeca que se colaba por las rejas y siempre aparecía en Halloween.

Raúl

jueves, 27 de octubre de 2011

"La noche terrorífica de Clawdeen"


Era la más popular del instituto, se llamaba Clawdeen.
Un día por la noche no podía dormir y se fue a la cocina a beber un vaso de agua con hielo. Entonces, escuchó sonidos extraños:
¡Te voy a comer...!
Tiró el vaso y se fue corriendo a su habitación.

Por la mañana, trató de contárselo a todos y nadie la creía, excepto su amiga Laggona Blue, que sabía algo y fingía que no.
La directora Cleo avisó de que aquella noche había una fiesta.
Cuando nuestra protagonista llegó a casa, se lo comentó a sus padres y les pidió para ir. Se fue a comprar ropa con su hermana Frankie; vieron vestidos impresionantes y se probó el que más le gustaba.

Cuando llegó a la fiesta, no había nadie, sólo dos hombres serpiente que la querían matar; pero la salvó el hombre lobo y le contó que todo era un plan de su amiga, que le tenía envidia de la ropa que llevaba.
Le dijo a Lagona que ya no era su amiga; ésta se arrepintió y no lo volvió a hacer.


Pero a la mañana siguiente, Lagona no apareció por el instituto, había desaparecido. La buscaron sin resultado. Los hombres serpiente la habían raptado.
Dos días después, apareció una serpiente por la casa de Clawdeen y: ¡Llevaba enroscado el colgante de su amiga!

Alma

miércoles, 26 de octubre de 2011

"Halloween está en peligro"


"Bisk, la calabaza" (Por Rubén)

Érase una vez una calabaza llamada Bisk. Vivía en Estados Unidos.
Era joven, baja, regordeta, fuerte, con el pelo verde, los ojos saltones, la cara redonda y las cejas finas.
Era simpática, inteligente y alegre.
Solía vestir con una pajarita y una gorra roja.

No tenía casi amigos, tan sólo una, muy parecida a ella, pero sin gafas y sin ser tan inteligente. Nunca se peleaban, aunque a veces tenían sus discusiones.
Vivían juntas en una casa abandonada en las afueras de una ciudad llamada Springfield.




"La carta"

La semana antes de Halloween llegó una carta misteriosa, sin remite, que decía:

Señora Bisk:

Le queremos anunciar que este año, ni ninguno más, habrá Halloween.

Un saludo,
Doctor Z.

Al principio estaba sorprendida, después enfadada, a continuación alegre...
Al final decidió ir a buscar al doctor Z y evitar sus planes, contando siempre con su amigo.
Cogieron el coche y partieron.



"El castillo"

Tras recorrer muchos kilómetros, encontraron el castillo del doctor.
De pronto, les sorprendió una enorme tormenta con truenos, relámpagos, lluvia y viento.
Allí había un cementerio grandísimo con muchas lápidas...
Al tocar el timbre, una voz de ultratumba les habló:

¡Váyanse de aquí si no quieren ser espantapájaros!

Y se abrió la puerta.
Entraron y, cuando estaban pasando por el cementerio, una mano misteriosa salió de una tumba.
Ellas corrieron escandalizadas seguidas por una momia.
Picaron en la puerta, y la misma voz de antes les dijo:

¡Habéis decidido entrar! ¡Ja, ja,ja!

La puerta se volvió a abrir como por arte de magia y vieron a un pequeño mayordomo con tres velas en un candelabro y un búho en el hombro.


"El doctor Z"

El mayordomo les condujo hasta un cuarto oscuro iluminado por una chimenea.
Las calabazas oyeron una voz grave que pertenecía al doctor Z y decía:

"¿Sabéis qué humillante es para mí Halloween?
Las personas me llaman monstruo."

Ellas le preguntaron:

"¿Y eso qué tiene que ver?".

Él se enfadó muchísimo, las metió en una jaula y las tiró por el conducto que conducía al garaje.
Allí vieron unas fotos de periódico recortadas, y vieron un titular:
"Un experimento fallido del doctor Z
le convierte en un zombie enfadado y peligroso".
Miraron a su alrededor, en la jaula encontraron un clip y empezaron a forzar la cerradura hasta que se abrió. Salieron y vieron un tanque; a Bisk se le ocurrió una idea: destruir la puerta con el tanque e ir a buscar al doctor. Eso hicieron y le salió genial.
De pronto notaron un golpe, salieron y vieron que habían atropellado a la momia.


"El fin del doctor Z"

Cuando estaban frente a la casa, pisaron a fondo y destruyeron el porche arrollando al mayordomo.
El doctor Z salió de su laboratorio dando un portazo, una de sus pociones se cayó encima de una muñeca y él chilló:
- Mayordomo, ¿por qué haces tanto ruido?
Y él le contestó con una voz agonizante:
- Yo no soy, señor.
El doctor Z abrió los ojos y vio el tanque y los escombros, por lo que se cabreó aún más. Mientras tanto, la muñeca cobró vida, cogió una pistola y lo mató.

¡Y las calabazas regresaron muy felices a Springfield justo a tiempo para celebrar Halloween!





"El vampiro de la montaña"


Érase una vez un vampiro que vivía en las profundidades de la montaña, sólo aparecía por la noche.

Tenía los colmillos muy afilados, el pelo muy puntiagudo y la cara muy gris.

Cada vez que alguien se acerca a la montaña, le chupa la sangre; y lo mismo hace cuando se acerca a la ciudad. Una vez que ha terminado, regresa a la montaña.

Anthony


martes, 25 de octubre de 2011

"O tesouro" ("Samaín")

Había unha vez unha nena chamada Rebeca que ía interna a un instituto onde había un túnel subterráneo. Baixou a el e decatouse de que algo facía ruído; enfocou coa lanterna e veu un montón de ratas, coa luz paralizounas un momento.
Perseguírona ata que viron unha lámpada parpadear e fóronse coas pisadas que escoitaron.


(Isto non foi o que atoparon...)

De súpeto, a nena decatouse de que a directora facía unha inspección e mandoulle a un amigo unha mensaxe para distraela. Mentres entraba no seu cuarto, logrou que o vixiante do recreo se dirixise á súa cama.

Cando chegou a "mandamais", Rebeca contoulle que o vixiante, chegadas as noites, ía tomar copas cos seus amigos. Baixaron ao desván e atoparon un tesouro... Abriron o cofre e saíron as ratas... Que raro era!
Subiron, asustadas, e atoparon a todos ríndose:
Era Samaín e, polo tanto, unha broma!

Ángel


sábado, 22 de octubre de 2011

"La muñeca" ("Halloween")


Había una vez una familia muy pobre.
La hija pequeña quería una muñeca. Su hermana con sus ahorros le compró una, pero era muy peligrosa...

La niña jugaba mucho con ella, pero cuando se cansó... ¡La muñeca cobró vida!
Susie la tiró por la ventana y escuchó:
- Susie, estoy entrando en la cocina.
- Susie, estoy cogiendo un cuchillo.
- Susie, estoy entrando en la habitación de tus padres... He matado a tus padres... He matado a tu hermana...
- Susie, estoy subiendo a tu cama.
- Susie, te he matado.

Después de unos meses los vecinos fueron a ver lo que pasaba y escucharon:
¿Queréis morir vosotros también?

Irene

miércoles, 19 de octubre de 2011

"Una mujer solitaria"


Un día unas chicas, que se llamaban Ana y Sofía, salieron a un bosque a buscar castañas. De repente, vieron una casa vieja, entraron y encontraron algo que se movía. Ana se fue corriendo, pero su amiga quería saber lo que era: ¡Una señora!

La acostaron, y ella les contó que no quería estar en una casa tan vieja. Entonces tuvieron una idea brillante: la limpiaron para cumplir su deseo, así como su jardín.

la anciana se puso muy contenta, hasta el punto que iba a visitarlas de vez en cuando, tomaba un café con ellas y con sus padres, y a veces se quedaba a dormir.

Alma

"La muñeca maldita" ("Halloween")


Érase una vez una muñeca que, especialmente en "Samaín, pasaba de casa en casa matando a gente. Dicen que había matado a ocho niños, diez hombres y quince mujeres... ¡Menuda!

Era horrorosa, tenía los dientes como un vampiro y las uñas afiladas como un gato.

A pesar de ser así, pasa mucho tiempo en los columpios divirtiéndose.

Anthony


viernes, 7 de octubre de 2011

"Fantásmico"


Había una vez un fantasma pequeño llamado Fantásmico, al que le encantaba meterse en el cuerpo de las personas. Sus padres no le dejaban porque pensaban que acercarse a los humanos era muy peligroso.
Como todos los compañeros de su escuela se metían con él, quería ser de mayor investigador del cuerpo humano.

Un día, cuando iba a la escuela, vio a un niño pasando por el cementerio de su barrio. Era curioso, llevaba una libreta y un bolígrafo para dibujar las viviendas de allí.
Fantásmico tenía mucha curiosidad de meterse en su cuerpo para ver lo que quería hacer con los dibujos.
De repente tocó el timbre, por lo que decidió dejarlo para más tarde.

Cuando salió, fue a buscarlo, lo encontró e intentó penetrar en su interior; pero recordó lo que le habían dicho sus padres... Aun así, entró.

Se dio cuenta de que, aunque al niño le decían que los fantasmas no existen, él sí creía en ellos. Entonces decidió enseñarle todo, se hicieron muy amigos y todos le creyeron.

Sara

jueves, 6 de octubre de 2011

"Excursión en la selva"


Mark y sus amigos Silvia y Alex iban de acampada a la Selva Negra.
Levaban bocadillos, tortilla y hamburguesas.

De repente oyeron un ruido que venía del río y salieron a explorar. Venia del otro lado. Silvia, que era muy lista, construyó una canoa y fueron a explorar.

Vieron un tigre grande y feroz. Mark, el más rápido, corrió rodeándolo, lo mareó y escaparon.

Después encontraron una serpiente. La niña tenía miedo y Mark era alérgico... Alex, el más fuerte, saltó encima y logró que escapase...

Volvieron a sus tiendas, sus tripas protestaban, por lo que comieron y se rieron mucho.

Ángel y Jorge

miércoles, 5 de octubre de 2011

"Tapones por una sonrisa"


Un niño no tiene una pierna y le dijeron que, si juntaba dos toneladas de tapones de plástico, le darían una pierna flexible.
Lo hacen en los recreos, hasta tienen cubos personalizados. Hoy por hoy tienen una tonelada. ¡Vaya suerte!

Si todos nos juntamos, le daremos la sonrisa que necesita y no tendrá que llevar muletas o ir en una silla de ruedas.


¡Juntemos tapones de plástico por una sonrisa!


Sara e Irene