"¡Vaya viaje en ascensor!"

Un día que había quedado con mis amigos para jugar en el parque, mi hermana y yo subimos al ascensor para bajar a la calle; pero ella se equivocó de número y ocurrió algo increíble:

¡El ascensor empezó a subir!

Vivimos en un cuarto piso y, mientras subía, nos preguntábamos a dónde nos llevaría. Al fin se paró, se abrió la puerta y vimos una pócima, la bebimos y:

¡Nos convertimos en vampiros!

Llamamos a nuestro padre, que por suerte no había venido con nosotros, se lo contamos y nos trajo ajo, lo olimos y volvimos a ser nosotros mismos.
Finalmente nos fuimos a jugar al parque.

Martín