Érase una vez una niña que vivía en Australia pero tuvo que viajar a Nueva Guinea.
Cuando estaba en el avión con su familia, pasaron por una zona de turbulencias y un rayo desestabilizó el avión y se incendió.
Todos desaparecieron, menos el niño. Estaba muy, pero que muy asustado, hasta que una niña apareció, lo llevó a su poblado y lo presentó a su tribu.
Al día siguiente, aprovechó para enseñarle muchos insectos: el gorgojo azul, el escarabajo de caña...
Poco después encontraron un todo terreno viejo y el niño dijo:
- ¿Probamos a ver si funciona?
La niña le contestó que sí.
Le dieron a un botón y... ¡Funcionaba perfectamente! Empezaron a conducirlo hasta una ciudad. Allí le contaron a la policía que un avión se había estrellado y que había desaparecido gente.
Pasado un tiempo, encontraron a la familia y todos se quedaron a vivir en Nueva Guinea con la niña.
Cuando estaba en el avión con su familia, pasaron por una zona de turbulencias y un rayo desestabilizó el avión y se incendió.
Todos desaparecieron, menos el niño. Estaba muy, pero que muy asustado, hasta que una niña apareció, lo llevó a su poblado y lo presentó a su tribu.
Al día siguiente, aprovechó para enseñarle muchos insectos: el gorgojo azul, el escarabajo de caña...
Poco después encontraron un todo terreno viejo y el niño dijo:
- ¿Probamos a ver si funciona?
La niña le contestó que sí.
Le dieron a un botón y... ¡Funcionaba perfectamente! Empezaron a conducirlo hasta una ciudad. Allí le contaron a la policía que un avión se había estrellado y que había desaparecido gente.
Pasado un tiempo, encontraron a la familia y todos se quedaron a vivir en Nueva Guinea con la niña.
Rubén
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