Una mañana se vio una nube, pero no una nube normal, sino que parecía triste. Entonces, los habitantes decidieron hacer algo: una escalera gigante para que la gente pudiese acercarse a jugar con ella.
Cuando los obreros la acabaron, había un problema: no se podía inaugurar sin probarla. Dos niños se ofrecieron voluntarios.
Al final, la escalera se abrió y la nube recuperó su alegría.
Alba
Que suerte tuvo.
ResponderEliminarLa nube era un poco atrevida a hacer las cosas y sin miedo.Tuvo muchisima suerte de jugar con los demas.JA,JA,JA.
ResponderEliminarUna escalera gigante, vaya por diós.
ResponderEliminarPues los obreros para montarla,tendrian que tardar como cinco años pero es un cuento muy bonito.
ResponderEliminarSALUDOS
MARINA
que chulo .
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