Había una vez un niño que se llamaba Manuel y soñaba con viajar por el mundo.
Un día en la televisión vio un anuncio: "Puedes ganar un viaje a Francia bebiendo coca cola". Sólo tenía dinero para comprar una , pero no le tocó.
Al poco tiempo, en la calle, encontró un euro, compró otra y ... ¡Premio!
A mitad de camino hacia su destino, se estropearon los motores del avión; por suerte, había un globo enorme, que hinchó y saltó.
Cuando llevaba un rato volando, una gaviota le pinchó el globo, que se fue deshinchando poco a poco, hasta que Manuel tuvo la suerte de caer justo en el centro de París.
Le pareció tan bonito que se quedó a vivir allí para siempre.
Álvaro
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