Había un ratón de campo que se llamaba Teo. Un día no encontró comida y se fue a la ciudad.
Cuando llegó, encontró: un puesto de fruta, otro de carne y el último de pescado.
Sólo pudo comer fruta. En la carnicería había un señor con un cuchillo, que esquivó con un salto de roedor; y en la pescadería: ¡Un gato negro que parecía tener hambre y que estaba comiendo de todo!
Salió de la ciudad aterrorizado. Ya en el campo, dos familias de gatos habían ocupado su casa, por lo que tuvo que regresar a la ciudad y buscar una madriguera en la que vivir.
Óscar
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