Tendría muchos parques, abundantes zonas verdes, y lugares especiales para los animales.
La gente iría al trabajo andando o en bicicleta; y quienes tuviesen que desplazarse lejos, usarían coches eléctricos.
Las calles serán muy anchas, con carriles para las bicicletas, con aceras sin bordillo para los minusválidos. No habría atascos ni ruidos.
Todo el mundo reciclaría y no tiraría basura al suelo.
La comida sería ecológica.
Los edificios usarían, sólo, energía solar; y sus paredes serían de colores. Los pisos serían espaciosos, cómodos, agradables, y acondicionados para los mayores de la tercera edad. Las hipotecas serían mucho más baratas.
Habría centros de ocio, cines, museos, bibliotecas y polideportivos suficientes.
No habría estafadores ni ladrones. Con políticos y gobernantes honrados. Reinaría la amabilidad.
En definitiva:
¡Hermosa, tranquila y sin contaminación!
Óscar, Sara, Marina, Marcos González, Lidia, Álvaro, Andrea, Sofía y Diego Seoane
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