Érase una vez una princesa que tenía treinta y nueve años no tenía marido.
Su padre ofrecía mil setecientos euros en metálico y un trabajo al que se casara con ella.
Los dos cogieron unos cuantos palos para construir una caña de pescar, que más tarde utilizaron para apoderarse de la capa y de la corona reales. Hecho esto, repartieron sus riquezas entre todos los ciudadanos.
Finalmente, nuestra parejita pudo casarse.
Su padre ofrecía mil setecientos euros en metálico y un trabajo al que se casara con ella.
Un día, llegó un pobre que sólo se alimentaba de patatas fritas; pero era tan guapo que la princesa se enamoró de él … Pero el hombre salió corriendo del palacio real.
Ella lo siguió, pero no lo encontró.
Ella lo siguió, pero no lo encontró.
Pasó un año y nadie sabía nada de él, hasta que ella lo vio, entonces le preguntó:
- ¿Por qué escapaste?
- Tu padre me echó - respondió.
- ¿Por qué escapaste?
- Tu padre me echó - respondió.
Los dos cogieron unos cuantos palos para construir una caña de pescar, que más tarde utilizaron para apoderarse de la capa y de la corona reales. Hecho esto, repartieron sus riquezas entre todos los ciudadanos.
Finalmente, nuestra parejita pudo casarse.
Óscar
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