Había una vez un niño que se llamaba Jorge. Jorge tenía cinco años y era muy curioso. Su padre era un empresario muy importante y no tenía tiempo para jugar con él. Siempre tenía que ir de viaje, y él tenía que quedarse con una niñera, porque su madre había muerto. A su padre le salió un viaje a Argentina y como Jorge no quería quedarse con la niñera, fue y se metió en una de las maletas de su padre. En el avión, Jorge se mareó y casi vomita. Cuando el avión aterrizó y Jorge salió de la maleta, su padre se sorprendió y enfadó mucho, pero dijo:
- Bueno, hijo, ya que estás aquí me ayudarás. Ahora tenemos que ir a las cataratas de Iguazú. Son muy bonitas, ya verás.
Cuando llegaron Jorge dijo:
- Papá, tenías razón. Son preciosas.
Fueron a un restaurante y pidieron un té, pero les ofrecieron un mate, que es una infusión que toma allí todo el mundo y la probaron. Estaba muy rica. Cuando fueron a pagar no pudieron, porque había que pagar con unas monedas distintas llamadas centavos. Les perdonaron porque eran muy simpáticos.
Cuando iban en el avión de vuelta a casa, le dijo su padre:
- Jorge, ¿te ha gustado Argentina?
- Sí, mucho, papá. Gracias por poder conocer un país tan hermoso- contestó Jorge.
Alejandra, Bruno, Lautaro, Patricia y Sergio, de 4º curso.
valla como molaria vivir en ARGENTINA
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