Erase una vez una niña a la que no le gustaban las verduras. Su madre le preparaba platos de espinacas, acelgas …, pero ella decía siempre que no.
Tenía una hermana a la que, en cambio, le encantaban.
Tenía una hermana a la que, en cambio, le encantaban.
Una noche que había tomado muchas golosinas, se fue a dormir y tuvo una pesadilla.
Soñó que estaba en un bosque, rodeada de árboles muy altos y muy listos, que además daban clase.
Les escuchó hablar de países muy lejanos, a los que habían viajado para ejercer su profesión.
La niña, que quería ser maestra, escuchó aquellas palabras muy atentamente.
Soñó que estaba en un bosque, rodeada de árboles muy altos y muy listos, que además daban clase.
Les escuchó hablar de países muy lejanos, a los que habían viajado para ejercer su profesión.
La niña, que quería ser maestra, escuchó aquellas palabras muy atentamente.
Al día siguiente, se levantó muy contenta por lo que había soñado.
A la hora de comer, la madre preparó verdura y carne. ¡Qué sorpresa llevó cuando vio a su hija comer lo que tanto odiaba!
Desde entonces, comió siempre verduras, y tanto le gustaron que: ¡SE VOLVIÓ VEGETARIANA!
Laura
Es un cuento muy bonito
ResponderEliminarLas verduras son muy buenas
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