Un día su madre le dijo:
- Hay de comida macarrones, y para la merienda bocata de chorizo.
El niño refunfuñó.
De camino a casa, iba tan enfadado que le dio una patada a una lata y menuda sorpresa: ¡Salió un duende!
Dio un salto sorprendido, él pensaba que no existían, y le contó lo que le pasaba.
El duende le hizo un conjuro: cuando tocase algo, se convertiría en chocolate.
En principio, estaba feliz, pero pronto se cansó y llegó a rechazar hasta los bollicaos que le daba su madre.
Por ello, decidió volver a visitar al duende para que le ayudase a comer de todo.
Salomé
Hola,soy Uxía. Me gusta mucho tu cuento,sobre todo el dibujo.
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