lunes, 11 de septiembre de 2023

"Aventuras de otro mundo"

25/07/23

"¿¿¿Es un pájaro, un avión???... No, es un secuestro aéreo"

Todo comienza en un pequeño pueblo que no voy a nombrar, porque no creo que os interese. A los pocos días de acabar el colegio, comprando una máquina para lanzar globos gigantes de agua que... Se me ocurrió, por qué no irme de vacaciones unos días.

Cuando se lo conté a todos, estaban felices; así que nos fuimos al aeropuerto de inmediato, pero sin olvidarnos de las maletas.

Ahora sí, cuando llegó nuestro avión con destino a Gran Canaria, nos pareció un poco raro: pequeño, inusual, con colores llamativos, algo extraño en un cacharro con alas.

El viaje duraba aproximadamente dos horas y media. Al poco tiempo, unas fuertes ráfagas de viento se apoderaron del aavión y lo desviaron del trayecto, algo que nadie se había dado cuenta hasta el aterrizaje. Fue muy brusco. "Hachachi" - decían los pasajeros como si no fueran humanos.

Aquí empezaba la verdadera aventura.

Alquilamos un coche, ¿hacia dónde nos dirigimos ahora? 

Mi hermana dijo: "¿Por qué no ir a las dunas de Maspalomas?" Todos estábamos de acuerdo, así que nos pusimos en marcha. Al llegar, impresionaban lo grandes que eran, altas, de arenas blanquecinas y calientes. Nos sentamos para observarlas, cuando algo arenoso me rozó la espalda: una tortuga gigante. Me sorprendí al ver que el resto de la gente no se caía del susto; al contrario, jugaban con ellas como si nada; aquí pasaba algo raro.

Me acerqué a una señora y le pregunté: "Perdone, ¿dónde estamos exactamente?"

Me respondió que en un multiverso donde la quinta dimensión ya no es incógnita.

Para quienes no lo hayan entendido, no estábamos en nuestro mundo. Seguro que el viento, al desviarnos, llevó al avión  a otro planeta. No había vuelta atrás, teníamos que esperar una semana para que saliera nuevamente el mismo pájaro de metal.

Nos propusimos aprovechar un poco el tiempo en la isla.

Nuestra segunda parada fue la Playa del Inglés, donde en la vida real hay mucho oleaje. Nuestra sorpresa fue que aquí también mucho más grandes, grises y provocadas por un kraken enorme. No nos metimos al agua, mas disfrutamos mucho del calor.

Seguimos con una parada nocturna, con un ambiente de fiesta, los músicos son cangrejos, las sillas de algodón de azúcar. Nos apetecían unos helados, pero no los compramos, ya que te hablaban y se nos hizo incómodo.

Ya habían pasado tres días, nos faltaban cuatro...

El jueves fuimos a visitar un acuario sin agua; los peces, tiburones, ballenas, medusas, cangrejos, estrellas..., volaban y flotaban.

El viernes hicimos turismo por el norte, donde hay mucho tráfico, tanto que los coches también volaban.

¡Solo faltaba un día!

La siguiente parada fue el parque acuático, con toboganes de medio kilómetro, serpenteados, aterradores y coloridos. ¡Cuánta adrenalina!

Llegó el momento esperado, nuestro momento; entramos en la chatarra gigante. De ninguna manera queríamos que hiciese un mal día.

Volvieron las intensas ráfagas de viento. ¡Estábamos salvados!

Me alivió saber que volvíamos a casa; esta vez el aterrizaje fue suave, aunque llovía. 

¡Qué bien estar otra vez en Galicia!

Mayra

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