¿Os imagináis un barco sin capitán? ¡Sería un verdadero desastre! El barco a la deriva, a punto de hundirse, los marineros desubicados, sin llegar a puerto...
Pues algo parecido sentí en clase estos días.
Sin quien estuviese al mando, el aula parecía un gallinero.
Cada uno a lo suyo, algunos haciendo las fichas, otros hablando... ¡Vamos! Como un barco sin dirección.
Hacía falta el jefe para dirigir aquello.
Fueron días raros en los que llegaba a clase y, aunque había fichas para hacer, se me hacía extraño no tener que salir al encerado, y las horas se me hicieron eternas. En realidad, una pérdida de tiempo.
Se me dio por imaginar que quizás Genaro, además de tener días para recuperarse, tendría tiempo para que se le pasara el enfado y volviera a abrir el blog. He intentado estos días pensar la forma en que podríamos convencerlo de que lo hiciera, pero me da a mí que la cosa está muy complicada. Yo me esforzaré para hacer trabajos los más buenos posibles.
¡NO NOS DEJES MUCHO TIEMPO SIN TI!
Sara
(Con escritos de este calibre, imposible no publicarlos, por lo que supone en todos los sentidos)
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