Aunque nació en diciembre, lleva con nosotros solo cuatro días y se porta muy bien.
Es blanco como la nieve y suave como el algodón, da gusto acariciarlo. Sus ojos son negros, al igual que su nariz.
Muy juguetón y mimoso, le encanta estar en el colo y le chiflan los calcetines.
Lo que menos le gusta es ir en el coche, al menos por el momento; aunque se tendrá que acostumbrar porque va a ser un perro viajero.
¡Todavía no me creo que lo tenga, soy muy feliz!
Gael
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