Me llamo así porque quiso mi padre. Mi madre quería que me llamara Iago, pero al final me llamo como me llamo. Este nombre, proveniente del latín, significa "nacido del fuego".
Nací en Santiago, al igual que mi madre, el día veinticinco de junio a las 02:00 horas de la mañana, aunque debería haber sido el veintiséis. No tuvieron que darme en la espalda, ya salí a gritos.
Pesaba 3,520 kg, medía 51,5 cm y mi cabeza 35 cm de perímetro.
Me hicieron varias pruebas, dando negativo en todas.
Mi padre nació en Gijón y mi hermano es el único de aquí, nacido en el hospital de A Coruña.
La primera persona en verme que no fuesen mis padres y el pediatra, fue mi "avoa". Mis primeros ocho meses viví en Ribeira porque mi padre trabajaba en Madrid. Después nos mudamos al Temple, porque encontró otro trabajo.
Ahora tengo nueve años y medio. Me gustan: los deportes, pintar, los pokemons y la televisión. Practico waterpolo y judo dos veces a la semana.
Lo que más me hace pensar es como el corazón tiene energía desde que naces.
Paso todos los veranos y vacaciones con mi "avoa" y "avó" en Ribeira.
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