El viernes mi madre cumplió años, así que aprovechamos para hacerle una sorpresa.
Queríamos que estuviera contenta y feliz. Le preparamos globos, tarta, regalos y un ramo enorme con sus rosas rojas favoritas.
¡Pasamos una tarde estupenda! Pero eso no fue todo.
El sábado por la mañana tocaron el timbre. No esperábamos a nadie. Nos miramos todos como preguntándonos quién podría ser. Cuando papá cpgió el telefonillo y abrió... ¡Sorpresa! Era mi prima María, su hermano y mis tíos de Ourense.
¡Qué emoción! Venían a celebrar el cumple de mamá. Estuvieron hasta el domingo; pudimos pasear, jugar y estar con la familia.
¡Qué suerte! Más tuvo mamá que pudo celebrar dos días de su cumple.
Sara
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