Hola, hoy voy a contar una historia que no os dejará dormir. Os aviso: es una historia inventada.
Dos hermanos, Miguel y Ana, se pasaban el día jugando; y, cuando llegaban a casa, tenían la ropa manchada, los zapatos llenos de barro y estaban llenos de heridas.
Un día lluvioso su madre les mandó ir a comprar. El niño llevaba un paraguas y la niña unos libros.
¡Desaparecieron! Nadie los encontró, les hicieron una estatua.
Cuentan los que viven por ahí que por la noche desaparecen las estatuas; y por el día están con la ropa y los zapatos manchados... ¡Y que se escuchan sus risas!
Mar
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