Había una vez una niña que iba todos los días a ballet.
En su primera clase, como había que cruzar una mitad de un bosque, se puso el traje muy nerviosa y se marchó.
Tenía miedo, por los árboles, por ciertos ruidos rarísimos, por todo.
Se encontró con un lobo; asustada, salió corriendo. El animal le seguía, pero gracias a un chico pudo salvarse. Era francés, muy alto y con una boina. La llevó en su coche y la dejó en la escuela.
Le dijo con una voz sueva: "¡Muchas gracias, espero verte pronto!".
Curiosamente, el lobo volvió, pero fue amable por su amabilidad, que le llevó a admirarla.
Valentina
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