En una noche de invierno mamá me mandó al sótano a encender la lavadora.
Cuando iba bajando las escaleras escuché un ruido. No sabía si volver o ir a ver lo que era.
En ese momento recordé que me llamaban "Doña Mieditos"; así que aproveché ese momento para demostrarme que no tenía miedo a nada.
Ya abajo, vi al fondo del sótano algo que me parecía la sombra de un gato. Era peludo, gordo y tenía las uñas afiladas.
Me llené de valentía y me acerqué.
¡Qué risa! En realidad era un balón vestido con un jersey y en las puntas de las mangas tenía unas pinzas de la ropa.
Sara
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