Hace mucho tiempo, los humanos dependíamos de una torre que estaba cerca de un océano; mas bien de la piedra que la sostenía. Si esta se caía, había un terremoto y muchísimas muertes.
Cierto día, la piedra estaba floja; como nadie iba a vigilarla, se cayó al mar y ocurrió lo anteriormente dicho.
No se sabía qué hacer. Nadie estaba preparado ni había medios...
Se les ocurrió llamar al mejor nadador del mundo; conocía el agua como a sí mismo: se le consideraba mitad hombre mitad pez.
Como era amigo de los animales, les pidió ayuda; con ellos puso la piedra y consiguió la salvación de los humanos.
Antón
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