Erase una vez un niño muy inteligente, y de mayor se convirtió en informático.
Creó ordenadores muy potentes, los vendía y ganaba mucho dinero.
El problema era que había una trampa: salia un monstruo de la pantalla y absorbía la energía de la casa, así como la de los cables.
La policía se enteró, lo atraparaon y lo metieron en la carcel; intentó escapar, pero no lo consiguió.
Pablo
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