Papá Noel estaba a punto de empezar a repartir los regalos cuando, sin darse cuenta, unos pingüinos se colaron dentro del saco y empezaron a quitarlos. Lo hacían de una manera muy sigilosa.
Cuando llegó a la primera casa y abrió el saco, se dio cuenta de que... ¡No había ni un regalo! ¿Qué iba a hacer?
Se puso muy nervioso y pensó que ese años los niños y niñas del mundo iban a estar tristes por semejante situación.
Mientras tanto, los pungüinos disfrutaban abriéndolos.
Puso rumbo al polo norte de nuevo.
Allí buscó y rebuscó, pero nada, no los encontraba.
Decidió pedirle ayuda a los elfos; juntos buscaron y rebuscaron, pero nada; tampoco estaban, hasta que...
¡Papá Noel chocó contra los pingúinos!
Al ver los regalos se rió, los recogió, los metió en el saco y... ¡A repartirlos!
Antón
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