Es un gorila de un año, al que le encanta escalar, pero no los árboles, sino las montañas.
Tiene muchos amigos; solo uno es gracioso, los demás son aburridos mas tienen una ventaja: le suelen ayudar en sus escaladas. Las desventajas también existen, porque nadie es igual; si todos fuéramos iguales, nada tendría sentido.
¿Hay alguien a quien no le encante escalar? Creo que a todos nos apetecería.
Guillermo
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