Era un día oscuro con tormenta. De repente cae un rayo, y del humo se abre un portal que te teletransportaba.
Lo crucé para ver a dónde me llevaba: a la isla de Samaín.
Vi a zombis y fui a investigar a los monstruos: ataques y puntos débiles.
De repente, se me ocurrió decir: "Vive o muere"; un niño me escuchó y se acercó:
- ¿Estás atrapado aquí?
- Sí, como tú.
Hicimos un refugio y planeamos cómo atacar: con palos.
Derrotamos a todos nuestros enemigos, menos al rey. Por fin, le quitamos la corona y me convertí en el soberano de la isla.
Mauro
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