Es un macho que mide diez metros con noventa centímetros. Ni es muy ancho ni muy flaco.
Su pelo es castaño claro como el de un león, al igual que toda su cara, sus ojos son azules y puede ver en la oscuridad, su boca de diez centímetros de larga, sus dientes tan afilados que puede doblar o destrozar el metal.
Las alas son enormes, de catorce metros, llegando una de sus plumas a medir siete metros; sus brazos larguísimos, como sus piernas. Sus garras pueden levantar veintitrés hipopótamos.
Viste de lava y es ardiente de volcán.
La comida que más le gusta es el humano. Disfruta jugando con pelotas y rompiendo cosas.
Iago
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