Fue la mejor cosa que me ha
pasado en tres meses sin ninguna duda, aunque no pudiéramos abrazarnos o darnos
besos, un gran problema.
A mis abuelos de Carnoedo fui
dos días; el primero fue el reencuentro y contar todas las cosas que hicimos y
nos pasó en la cuarentena, pero obviamente no paré de darle mimos al perro.
Tuve suerte porque hacía sol y
me dio bastante, aunque casi me quemó.
Recogimos amarotes* y cogimos bastantes para media mañana y para llevar a
casa.
Pude jugar al estoquí*, que hacía un año que no jugaba
con él, porque solo crece la planta con la que se puede jugar en primavera y
verano.
Me lo pasé genial y me alegró
que estuviesen bien.
A mi abuelo y mi tío de
Centroña fui un día; ellos no sabían que íbamos a ir, se sorprendieron mucho y
se les veía una sonrisa.
Volví a tirar a la canasta de
su casa y fue bastante extraño.
Como ellos tienen un porche en
la casa pudimos tomar el sol con distancia de seguridad.
Mi madre estuvo dos horas
contando chistes malos que solo entienden ellos (a mí me parecen una tontería).
Aunque no acabe de ver el
Bourusia Dormunt vs Shalcke 04, mereció la pena ir y también por saber que
están bien.
*amarotes: fresas
silvestres.
*estoquí: juego que
se hace con una planta con frutos parecidos a unos guisantes.
Javier
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