A
partir de la fase 2 se pueden tomar muchas más libertades, una de las más
codiciadas es poder ir a los centros comerciales; hasta aquí todo correcto,
pero gracias a una fuente de información puedo saber lo que sufren los
empleados…
Se intentan
tomar precauciones, cuando es la hora de abrir se montan filas delante de los
establecimientos… Pues bien, cuando por fin llega la hora de abrir las puertas,
se genera una estampida y a nadie les importan las distancias, además, algunas
tiendas habilitaron probadores debido a la codicia de los jefes. Me contaron
también que los trabajadores tienen que rociar con una especie de aspersor toda
la ropa, mientras muchos de los clientes les meten presión para que lo hagan
rápido.
Parece
que alguna persona no lleva dos meses confinada, le da igual lo que le pase a
los empleados, les dan la ropa que se acaban de probar a las manos, no guardan
la distancia necesaria, los tocan por todos lados… Pude hablar con una de las
empleadas y dijo que no podía centrarse en su trabajo debido que tenía que
vigilar a todo el mundo.
¡Por favor, sed responsables!
Manuel
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