viernes, 10 de noviembre de 2017

"Familias raras"


El padre tiene el pelo dorado, los ojos negros y tres dientes de oro. Mofletudo, robusto... ¡Y sucio!
Inteligente, amable, histérico, creído...

La madre tiene escamas plateadas en la piel, trenzas, los labios pintados de negro y braquets.
Ordenada, simpática, mala y bribona, siniestra... Limpia y ordenada.

El hijo mayor es alto y delgado, tiene manchas rojas, dos lenguas, y lleva pendientes.
Revoltoso, miedica y rebelde.

La hija pequeña tiene pelo marrón por todo el cuerpo, ojos amarillos y una cola.
Formal, buena y un poco chulita.

Daniel

Mi madre tiene los ojos morados, siete dedos, el pelo con dos chichos. 
Toca muchos instrumentos, como el piano. 

Mi padre hace piruetas en el aire, además de ser un gran jugador de fútbol.
Le encanta viajar a Marte.

Mi abuela paterna es de color rosa, tiene una gran melena como de aquí a China, y tan alta como un rascacielos.
La materna es como una hormiga, la tenemos que mirar con lupa.
Hace unas comidas riquísimas aunque, como son tan pequeñas, tiene que hacer una pota para cada uno.

Mi abuelo es alto y rubio. 
Tiene el poder de viajar en el tiempo.

Laura

 Mi padre, Suso, prepara la mejor comida del mundo, su pescado está riquísimo, y su merluza guisada aún mejor.

Mi madre, Eva, es una agencia de todo chicas, en la que no trabaja ningún chico. Tienen robots de alta calidad.

A mi hermano Yago, cualquier cosa que le tires la coge: como portero, para todo.

Y yo soy la mejor montando a caballo, incluso hago piruetas sobre él. 

Inés 

Había una vez una familia con seis personas: padres, hijos y abuelos.
Un día, los niños estaban en el parque y decidieron jugar al escondite: uno se cayó y la nariz se hizo de un centímetro; a la hija, del susto, se le cayó el pelo; el padre se volvió enano, la madre gigante; al abuelo se le encogió la piel, y la abuela sorda. ¡Menuda desgracia!

Al cabo de tres horas se olvidaron de todo, ninguno sabía lo que había pasado.
Cuando fueron a trabajar, todo el mundo los miraba. Pensaban que iban a la moda y se chuleaban.
Finalmente, aprendieron que presumir no sirve de nada.

Piero

Mi padre es un robot de hojalata  al que siempre le piden piezas. ¡Es un héroe!

Mi madre es una súper modelo, lleva un pintalabios que deslumbra.

Tengo trescientos hermanos y hermanas, todos alienígenas con la forma de bolis.

Yo soy la más normal, aunque mi piel sea de color verde.

Lola 

La madre cantaba para decir algo. El padre duerme de día y trabaja de noche. El abuelo nunca come, la abuela sí, incluso las gomas de borrar. Una hija no hace nada y la otra siempre está dormida.

Son tan raros que, normalmente, no comen nada en todo el día, excepto insectos de toda clase que sacan del patio de su casa: ¡Su mesa es la cama!

Tienen una mascota muy peculiar: un loro que trabaja.

Antonella


Tengo una familia muy rara: mi padre es una hormiga, mi madre una salamandra, mis abuelos con dos cabezas. ¡Y en mi casa un dónut enorme!

Todos estamos tan locos que nos pegamos por todo; discutiendo, se arma un lío de mil demonios.

Siempre que entro en mi casa, casi nunca hay orden. Mis gatos siempre están maullando, son muy pesados porque quieren comer los muy hambrientos. Tengo dos: uno ciego, el otro normal. ¡Los quiero mucho!


Niko   

Mi madre, Belén, es espía profesional, muy conocida en todo el mundo. Aparte de eso, es algo rara: de pequeña, lo único que hacía era leer todo el día, incluso en la comida.

Mi padre, Fran, es futbolista, le pagan al año una suma extraordinaria de euros; de pequeño, lo único que hacía era jugar al fútbol.

Mi hermana, Marta, tiene veintinueve años y es jueza; le encanta, pero no estoy muy convencida: de pequeña sólo estudiaba, todo el mundo la llamaba empollona...

Yo soy policía local, de lo cual disfruto; a veces, encarcelo a personajes famosos.

Ana Pereira

Cada familia es distinta: sus normas, sus costumbres, sus trabajos... Pero la mía es muy diferente.

Tengo un padre que se dedica a ser payaso en el circo, mi madre malabarista y mi hermano mago. Todo esto lo hacen dentro y fuera de casa. En mi piso siempre hat platos, cucharas y potas volando, si mi hermano no las hace desaparecer.
¡Lo más divertido son las escenas de mi padre!

¡Ahhhh! Me olvidaba de presentaros a nuestra mascota Eli, una elefanta rosa. ¡No sabéis lo bien que riega el jardín con su trompa!

Diego    



 

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