Había una vez una leyenda sobre la Santa Compaña: decían en las aldeas que los muertos se levantaban a las cinco de la mañana a pasear.
Con semejante temor, la gente se levantó, desayunó, fueron con los hijos al parque, comieron y cenaron... Al acabar se fueron a dormir y cerraron las puertas con pestillo para que no entrasen.
Ya, a su hora, los muertos se levantaron y empezaron a andar por las calles. Todo el mundo tenía mucho miedo, tanto de ellos como de lo que les podían hacer...
De repente aparecieron, querían ser amigos... Por su aspecto no se les acercaba nadie y, por ello, estuvieron muy tristes: ¡Sólo podían ser amigos entre ellos!
Piero
No hay comentarios:
Publicar un comentario