Sempre lle advertían que se ía por un camiño e atopábaa, tiñan que se apartar tirándose de espaldas, aínda que fose unha silveira; pero nunca cortarlle o paso porque che podían pegar ou levar a rastro.
Oíu varios casos, nunha ocasión seu pai ía no cabalo e, cando pasou ao lado cemiterio, viu unha luz; o animal púxose nervioso e decidiu dar volta. Ao día seguinte morrera un da parroquia.
Noutra, estaban esfollando no verán e xa estaba chegando a noite, viron luces por encima do valado do atrio, deixaron todo e entraron na casa: outro veciño morreu...
El dime que daquela se tomaba pan de centeno, que tiña unha semente de cor negra alucinóxena...
Manuel
Me cuenta mi abuela que, cuando su abuelo estaba enfermo, fue a visitarlo al pueblo.
Al llegar a la casa familiar, todos estaban muy tristes; para despejarse, dio un paseo hasta la iglesia.
Por el camino escuchó una serie de cánticos y se acercó a ver qué era.
De pronto notó frío y un olor muy fuerte a vela quemada; se escondió detrás de unos arbustos y pudo contemplar una romería fantasmal: llevaban una vela y se dirigían a casa de su abuela.
Los siguió y al llegar allí vio como se acercaban a la cama y como de la nada, en una nube de humo desaparecían.
A la mañana siguiente su abuelo murió.
Niko
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