Esta persona, por llamarla de alguna forma, había nacido fatal: la cabeza de hombre, el cuerpo animal con las patas de lobo.
Después de cinco años, estaba todo verde, con un montón de pelos, orejas de murciélago y cabeza cuadrada: ¡Daba asco verlo!
Le llamaban "Homial".
Nadie en el pueblo le alcanzaba. Cuando estaba al lado de alguien, todos escapaban.
Ya harto, llevó a todos los que se reían de él a su casa. Les daba la comida que no les gustaba.
A un niño le gustaba todo, por lo que tenía que preguntarle qué era lo que no le apetecía; pero estaba contento salvo porque le había mentido.
Acabó dándoles solo pan.
Las madres estaban muy preocupadas.
Christian
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