Erase una vez un niño que iba a coger el móvil de su padre pero, como lo había enchufado mal, se electrocutó.
Al día siguiente estaba vivo, pero era diferente: ¡Le llaman "el mago eléctrico"! De mayor era lo que quería ser; y ahora, cuando tocaba una cosa, acababa con ella con una descarga eléctrica.
Sus padres, confundidos, no llegaban a reconocerlo; así que no le quedaba otra que convencerlos.
Nadie quería ser su amigo; iba a dar los paseos sin compañía, aunque finalmente llegó a tener muchos.
Cierto día llegó a recuperar su forma real, aunque siguió haciendo trucos de magia.
Ana Pereira
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