Un día un niño lo vio, cogió una manzana, se la comió y supo que su nueva amistad era la magia del manzano.
Cuando tenía hambre, siempre iba a comerlas.
En cierto momento el árbol se estaba secando. ¿Qué podría hacer para salvarlo?
Cogió un trébol de cuatro hojas, se lo dio y logró su recuperación.
Los dos estuvieron siempre juntos, y el pequeño sabía a donde podía ir cuando tenía hambre.
Carlos
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