Tiene ocho años. Normalmente, iba a ver a sus abuelos, pero tenía que pasar por un monte. Luego se dirigía hacia un valle enorme; y a lo lejos veía un árbol gigante que tenía un montón de chocolate.
En el mismo quería hacer una casa y la construyó. Le llevó muchísimo tiempo acabarla: ¡Quedó genial!
Tenía de todo: cuadros, cofres, un horno...
En un momento escuchó varias voces que le decían:
- ¿Quieres chocolate?
- Sí, pero quién me habla.
- Yo, el árbol.
Alex aceptó y se quedó sorprendidísimo de lo ocurrido.
Mario
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