La canela de su piel. El pelo de azabache como el carbón de azúcar más dulce. Cejas pobladísimas...
Brazos como ramas y dedos de chicle.
Es muy bueno y tiene mucho carácter. Alegre y amigable, no para de hablar.
En el recreo, nadie puede pararlo de lo juguetón que es. ¡Nunca se separa de sus amigos!
Cuando pinta, deslumbra a todos. Muy astuto jugando al ajedrez.
¡Le encantan los dulces! ¡Y los huevos fritos!
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