Una vez en verano, fui de vacaciones a Oporto con mis padres.
Mi padre fue a la playa y mi madre y yo a un museo al aire libre. Cuando estábamos dentro, había como una especie de piscinas naturales con hojas muy verdes.
De edad tenía seis años, creía que era campo y pensé alegremente... Como no sabía nadar, me ahogaba y decía: "¡Ayuda, ayuda, me ahogo", y pensaba que era imposible salir.
Por suerte, mi madre entró en el agua y me salvó: ¡Era posible salir de allí!
Después llamamos a mi padre, le contamos lo ocurrido y fuimos directamente para el hotel en el que estábamos.
Paula
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