Un día de nubes oscuras, un señor que tenía árboles frutales: manzanos, limoneros, perales..., decidió pintar las frutas de caras monstruosas. Esperaba pacientemente a que uno de ellos pudiera sacar sus brotes: ¡No tenía otra cosa que hacer para no aburrirse!
Su árbol preferido era pequeño comparado con los otros.
Una mañana se levantó y fue a ver si algo había crecido. ¡Se encontró su árbol con "calabazas" bien hechas y con sus caras todas diferentes!
Empezó a venderlas hasta que no le quedó ni una sola.Más tarde, les salieron gominolas y golosinas, por lo que pudo seguir con su negocio de venta.
Alejandra
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