lunes, 20 de octubre de 2014

"La primera calabaza linterna"


En una ciudad muy lejana vivía un niño llamado Jack.
Siempre estaba de mal humor y todo, absolutamente todo, le fastidiaba. Si hacía calor se disgustaba, si llovía también... Lo único que quería y respetaba de verdad en el mundo era su plantación de calabazas, la más hermosa y abundante de toda la región; a pesar de que a menudo se echaban a perder, nunca se deshacía de ellas y se enfurecía si alguien le pedía una.
Una noche fría de octubre, varias brujas se reunieron para preparar la sopa de Halloween. Les faltaba una calabaza y decidieron pedirle una. Cuando llegaron a su casa, aporrearon su puerta una y mil veces, pero él no quería abrirles.
"Arre, cucurucho, que no te escucho" - decía mientras se tapaba los ojos.
Cansadas, la más fea decidió prepararle un hechizo: encendió una vela, la puso en la puerta de su casa, robó una calabaza y la puso en su puerta. Luego gritó que si no salía inmediatamente lo convertiría en sapo... ¡Y la sopa la harían con él!
Abrió y salió; le pidieron que saltara sobre la vela si no quería que se cumpliese la amenaza; lo hizo, cayó dentro de ella y ésta tomó rasgos semejantes a los de un rostro humano: ojos, boca, nariz, orejas ... ¡Y una vela la iluminaba desde el interior!
¡El niño se había convertido en una calabaza! Y todavía sigue así.
Las brujas volaron satisfechas por haber creado "la primera calabaza linterna".

Eric 

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