Yo estaba mirando por la ventana y solo escuché esto:
Sapos y ranas,
ojos de brujas,
tripa de rata,
moscas y arañuscas.
Me quedé pensando... ¿Qué va a hacer con tanto asco de comida? Y de repente se oye: Pum! Nada, una olla que se cayó.
Cogió su poción, la metió en un frasco, se subió a un helicóptero y la empezó a tirar a la gente. Las personas se convirtieron en zombies.
Su hermana se llamaba Lola y su son era convertir los objetos en cosas raras.
Un día fue a un museo de visita; pasó por delante de ella y se le ocurrió convertirla en un sapo andante.
El guardia de seguridad estuvo cinco minutos mirándola, pero se giró. Él se llevó un susto tremendo porque escuchó un ruido... Y el sapo salió del cristal saltando rapidísimo.
¡No lo dieron atrapado!
Un niño llamado Juan dormía con tres peluches.
Cierta noche, vio una sombra, pero no le hizo ni caso porque no tenía miedo.
Era una bruja que quería embrujar a sus peluches para volverlos malvados. Pero... ¡Ja! Problemas técnicos: no le funcionaba la varita y tuvo que llamar a su amiga Lola.
Ya lista, les echó una maldición y se marchó. No quería tener problemas con el niño, no fuera a ser que se despertara y la liara.
Lena
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