jueves, 26 de septiembre de 2013

"Personajes algo extraños"





Físicamente, Amejel es feo, tiene los ojos de color naranja y la boca pequeña.
En cuanto a su carácter, suele estar sonriente, es amable y divertido: ¡Siempre está feliz!
Le gusta sacar mucosidad de la nariz, los regalos y la fruta. No le gustan: las verduras, los globos ni las petunias.
Lena







Mi monstruo es verde y azul, con colmillos y orejas de elefante, pico de cigüeña y alas de ángel.
Es el más cariñoso del mundo.
Está un poco loco porque, si le dices algo, él piensa lo contrario; por lo demás, es muy mono y sabe hacer unos cuadros espectaculares, además de cantar muy bien.
Laura





Júpiter tiene tres ojos y cuatro brazos. Es moreno pero, si te digo la verdad, no es muy guapo.
Siempre viste vaqueros, sudadera, tenis y bufanda.
Es rebelde, simpático, estudioso aunque vago y desobediente.
Le gusta la pasta y siempre que la come aparece con bigote, la pizza... Le encantaría ir a su planeta (no hará falta que os diga cuál es).

Olga







Ceres es peludo y de color morado, con manchas verdes y cuernos en vez de orejas, con los ojos azules.
Es bruto, malo y muy desagradable. Le gusta meterse en los armarios de los niños para asustarlos, así como ir a un instituto para monstruos.
No le gustan los perros, las arañas, los insectos ni las lagartijas.
Raquel Loureda






Tiene la cara redonda y amarilla, los ojos de color naranja, los labios y la nariz morada y los cuernos redondos.
Siempre lleva pantalones vaqueros rotos, una camis rota y sus zapatos también.
Es tranquilo, bueno, amable, simpático y se porta bien con los demás.
Le gustan los animales y los niños, aunque a éstos le gusta asustarlos. Le disgusta que le insulten y que le peguen. No soporta la leche.
Sheila






Mat tiene diez ojos, dos narices, tres bocas, ojos grandes, diez brazos y cuatro piernas. ¡Es muy peludo!
Listo, simpático aunque triste en algunos momentos, agradable aunque protestón.
Le gusta jugar con su hijo, dormir, comer basura y ... ¡Mucha!
Vive en el monte con su familia monstruita.
Rubén







Esta marciana tiene tres ojos: azul, verde y marrón; de pelo rizo y negro, orejas medianas y con dos dedos. Es un poco delgada.
De ropa lleva una camiseta de triángulos, un pantalón que le llega a las rodillas, un cinturón marrón y unos zapatos con tacón rojo.
En la mano, o mejor dicho en los dedos, tiene una flor.
Se llama Margarita.
Paula








Es un monstruo de seis ojos y cuatro bocas.
Come un poco raro, lo hace por el ano, y defeca por la boca.
Por la noche va por las casas asustando a los niños malos.
De lo raro que es: ¡Mastica el agua y no las salchichas!
Su comida favorita son los excrementos de los pájaros.
Pablo

sábado, 21 de septiembre de 2013

"Anécdotas e historias"



Hoy en el colegio, jugando al fútbol, le centré a Rubén, pero le di en la cara a Raquel... 
Nico decía que no le quitáramos la pelota y se puso a bailar.
Por último jugamos al perro y al gato.
Nos reímos un montón.
Eric



En verano estuve en mi aldea. Fui a casa de un primo mío para ver si estaba, pero se había ido. Su abuelo me enseñó un becerro que acababa de nacer; le abrió la puerta para que saliera, no salía porque no paraba de mamar.
Luego mi prima cogió un patinete y bajó por una cuesta chocando contra una red; después lo intenté yo y fue peor: ¡Casi me como una pared!
David
 


Un día antes de mi cumpleaños estaba haciendo las invitaciones y acabé muy tarde.
A la mañana siguiente estaba muy nerviosa, en el cole se lo conté a todos.
Por la tarde fui a casa a preparar todo: gominilas, globos, serpentinas...
Llegaron todos, merendamos y con la tarta tuve un problema: casi apago las velas con la mucosidad de mi estornudo.
Luego bailamos, aunque la música seguía y nosotros improvisando.
Lena



Un día estaba jugando con una amiga en la playa y decidí echarle una carrera hasta el mar; llegué yo la primera y me estaba chuleando de ello.
Caminando hacia afuera, una frente a la otra, empecé a escuchar un ruido pero no me sorprendió; luego lo escuché más cerca y no me asusté, pero unos segundos más tarde una ola me hizo la lavadora y me quedé bajo el agua bailando "Michael Jackson".
Mi amiga pensó: ¡Está loca, loca, loca! 
Laura



Mi madre una vez estaba haciendo la comida, era la hora de de echarle el perejil a los filetes. Paró a descansar, pasó un rato y volvió a ver cómo iba todo: ¡La sopa echaba burbujas!Abrió la pota y vio que salía todo, no pudo taparla y cayó. Después pasé yo por allí, resbalé y me caí de culo.
Olga



Un día fui al pabellón a jugar al fútbol con los mayores. Habíamos metido un gol, sacaron, lanzaron la pelota y me dieron en la nariz.
Tuve que ir al médico para que me mirase.
 Nicolás Gómez



Una vez cuando era muy pequeña, mi madre me estaba secando porque me acababa de duchar. Yo estaba jugando con los pies y, sin darme cuenta, le saqué la lentilla del ojo y le hice daño. Después la limpió y se la volvió a poner.
Raquel Loureda



Un día en verano estábamos en la piscina y mi prima le dijo algo a su padre: él cogió a mi tía en el colo y la tiró a la piscina vestida. Todos se empezaron a reír. Después agarró la manguera y la siguió mojando. Entonces, su hija intentó mojarlo, pero la metió en la piscina y tragó mucha agua; con el enfado se marchó a casa y se encerró en su habitación.
Sheila



Este verano me invitaron a un cumpleaños donde fuimos varios niños. Lo pasamos muy bien jugando y corriendo.
A la hora de merendar nos dieron bocadillos de: chorizo, paté, queso, jamón... Luego llego la tarta, que era de nata, pusieron las velas y las encendieron. Pepe, que tenía que apagarlas, soplaba y soplaba, pero no las apagaba; su madre le dijo que lo hiciese más fuerte y así lo hizo: Se mancharon de nata. 
Y acabaron en la piscina.
Alejandro



Este verano, durante las fiestas de Betanzos, tenía muchas ganas de montar en una atracción: "El saltamontes".
No me dejaban subir a mí sola, así que mi padre se montó conmigo. Cuando sólo llevábamos un minuto dando vueltas, él empezó a gritar de miedo y tenía la cara tan blanca como un fantasma.
¡Yo no paraba de reírme!
Alejandra


 Una vez en un torneo de A Coruña acudieron muchos niños. Tras diez partidas seguidas, tres resultaron campeones.
Más tarde entregaron los premios, sacaron fotos y la gente se alegró mucho.
Al final, la gran sorpresa fue que apareció el mejor ajedrecista mundial.  La sorpresa fue enorme.
Rubén


 
Este verano, en mi aldea fuimos a recoger las patatas de la finca de mis abuelos. Cogí la bicicleta, me caí en un surco y todos se rieron de mí.
Diego


Al principio, pensábamos que el Victoria nos iba a ganar, pero no fue así.
En el vestuario empezamos a cantar porque estábamos alegres por derrotar a uno de los mejores equipos de A Coruña. Algunos empezaron a tirar el gel y a uno, de tanto apretar, se le quedó en el techo.
Víctor


A principios del verano estaba en casa jugando con mi pelota, un poco dura.
De repente, chocó contra el techo y yo quería cogerla con la mano, pero no pude y cayó en mi barriga.
Telmo


Un día, en el patio del comedor, cuando iba en tercero, estaba con la madre de Raquel y Sheila. Nos fuimos a sentar y, de camino al banco, me caí pero no me hice daño. Todos se tronchaban de risa.
 Paula 


Cierto día, entrenando al fútbol, estaba todo muy tranquilo hasta que un niño, sin presentarse en el equipo, se puso a entrenar con nosotros. El entrenador y nosotros nos preguntábamos quién era. El problema surgió cuando lanzó un tiro contra la cabeza del entrenador que, todo enfadado, lo echó.
¡Desde ese momento intentamos que
nuestros disparos vayan bien dirigidos!
Pablo


 
¿Sabéis lo que pasó en el cumpleaños de Manuel? Estábamos divirtiendo en la fiesta con los juguetes, todo salía bien; pero cuando llegó la hora de abrir los regalos, uno de ellos era una tarta que le golpeó la cara tres veces. ¡Qué divertido fue!
Rodrigo


Un día estaba yo con mi padre y mi abuela en un centro comercial. De repente vi unas sandalias muy bonitas y fui a tocarlas; pero era un escaparate de cristal y choqué con él.
Menos mal que no me pasó nada, aunque el golpe me dolió mucho.
¡Lo que he de hacer de ahora en adelante es
acercarme con cuidado a los escaparates!
Raquel Urgorri


Un amigo y yo fuimos a la Espenuca y paramos a cenar en un restaurante donde había animales: aves, jabalíes y caballos. Cogimos muchas plumas y, al día siguiente, aprovechamos para hacer collares con ellas.
Juan


Cuando era pequeña y estábamos en un supermercado, tenía ganas de ir al baño. Fui con mi padre y mi hermana, que se estaban riendo y no sabía el porqué. Lo que ocurría era que alguien tenía problema de gases y nos sorprendió a todos.
Cristina
 

jueves, 19 de septiembre de 2013

"¡Se acabó el verano!"


Cristina: De los cortos y calurosos veranos a los inviernos largos y fríos.

Lena: En verano piscina a diario,
otoño me desato el moño para poner el gorro.

Laura: ¡Qué ganas de que empezara el verano!
Ahora que ya terminó, ojalá que hubiese nueve meses
y sólo tres de colegio;
eso sí que sería un no parar.

Olga: En el verano se está muy bien, luego no tanto.

Sheila: De disfrutar de las vacaciones a empezar el colegio,
a esforzarme para sacar buenas notas.

Nicolás Rioboó: Tanto en verano como en otoño se pasa bien
porque juegas con los amigos.

Diego: Mi perro Cuqui sale corriendo hacia el coche
cada vez que llegamos a la aldea.

Víctor: En el verano fui a muchos sitios.
Al principio del curso me alegré
por volver a ver a los amigos y empezar el colegio.

Paula: En verano estuve en mi casa y en la de mis abuelos;
pero cuando empieza el cole se nota la diferencia.

Rodrigo: Cuando empezó el cole por la mañana,
no me quería ni levantar. 

Raquel Urgorri: Este verano lo he pasado muy bien,
igual que en el colegio.