Érase una vez un niño llamado Pablo que estaba aburrido y los padres lo llevaron al parque de atracciones.
Al llegar, montó en la montaña rusa, después en el tiovivo. Desde allí, se fijó en la casa de los terrores, a la que entró con su padre; pasó mucho miedo y cerraba mucho los ojos, pero quiso volver a repetir.
¡Qué bien lo pasó!
David
que bien te lo pasaste
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