El fin de semana pasado, en San Sebastián, salió del hospital una niña llamada Rosa, que había estado siete años en una especie de coma: ¡Desde que nació! Nunca había visto su cama ni sus muñecos, y no tenía ni un solo amigo.
Cuando fue al colegio, conoció a un montón de gente que la recibió con los brazos abiertos.
Para sus padres es una maravilla poder ver feliz y poder hablar con su "princesa".
Una de sus primeras frases fue:
"La vida es un regalo que hay que recibir para sentirlo".
Andrea
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