Observaba a las demás riéndose y divirtiéndose.
Entonces decidió probar, saliendo por el barrio y entrando en tiendas, pero vio que no era lo suyo. Probó con otra actividad, como caminar y tomar aire fresco, tampoco...
Una mañana vio a su hijo leyendo un libro, a su hija cocinando y a su vecina cortando flores para poner en un bonito jarrón...
Así se dio cuenta de que no hay que centrarse en una única actividad, se pueden hacer cosas diferentes y mucho más gratificantes que limpiar.
Lucía
Non sei como fai a chica,sempre está traballando!
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