La noche del 31 de octubre pasó algo muy extraño en toda España: los muertos salieron de sus tumbas, las brujas volaron en sus escobas, los esqueletos revivieron …
Una pandilla de niños se estaban haciendo los valientes; entonces se pusieron delante de la puerta del cementerio.
Ninguno quería entrar, así que uno llamado Lucas se atrevió y pasó.
Allí no había absolutamente nada, así que continuó caminando … De repente:
¡Una mano esquelética y amarillenta le tiró del hombro
llevándolo a un sepulcro!
Dentro se encontraba un gran tobogán, que iba a dar a una vieja despensa. Más abajo, pudo contemplar a muchos muertos jugando a las cartas, a las brujas preparando pócimas …
Se animó y no se le ocurrió otra cosa que acompañarles en sus actividades.
Fuera le esperaban sus amigos aterrorizados. Lucas salió, tranquilamente, por unas escaleras. Nada más verlo, sus amigos le dieron besos y abrazos, aunque también le preguntaron qué había hecho; y como respuesta:
“¡Una estupenda aventura!”
Andrea
ME GUSTO MUCHO, ANDREA.
ResponderEliminarY TAMBIEN LO DE ESQUELETICA.
Me gustó mucho tu historia,sobre todo la
ResponderEliminarfiesta que se formaron.
UN ABRAZO.