Érase una vez un pueblo llamado Basurilandia, donde todos éramos muy felices, a pesar de estar hechos de basura.
Un día llegaron unos gigantes; les llamamos humanos, ellos a nosotros hormigas.
Eran muy altos y gordos. Tenían la nariz chata, las orejas grandes, la boca como un parque acuático, y vestía cada uno su estilo, con gustos algo raros.
Eran despiadados y malcriados:
¡Hasta arrancaban nuestras casas!
Ya hartos de todo, preparamos un ejército, pero no funcionó. De todos modos tuvimos suerte: encontramos un objeto llamado pistola y acabamos con el problema.
Desde entonces todo volvió a la tranquilidad.
Samuel
Ay que ver con las hormigas,
ResponderEliminarmira que son bien peleonas...
¡¿CON UNA PISTOLA?!
CHAO.
HOLA,SAMUEL NOS GUSTO MUCHO TU CUENTO.
ResponderEliminarADIOS.
QUE CUENTO MÁS BONITO .DIGO YO MENOS MAL QUE EXISTEN LAS PISTOLAS ,SINO ACABARÍAMOS COMIENDO TODOS BASURA.AUNQUE NO ME GUSTAN MUCHO LAS ARMAS,BRAVO SAMUEL.
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