Había una vez en un lejano país un dragón tres cabezas que destruía las casas del reino.
El rey ofreció cien monedas de oro a quien lo matase. Muchos caballeros lo intentaron, pero no lo consiguieron.
Un día, un campesino muy pobre se brindó a la tarea. Cogió una estaca muy afilada y se dirigió a la cueva en la que el animal dormía plácidamente; aprovechándose de la situación, le clavó el palo en el corazón.
El rey ofreció cien monedas de oro a quien lo matase. Muchos caballeros lo intentaron, pero no lo consiguieron.
Un día, un campesino muy pobre se brindó a la tarea. Cogió una estaca muy afilada y se dirigió a la cueva en la que el animal dormía plácidamente; aprovechándose de la situación, le clavó el palo en el corazón.
Para demostrar que lo había matado, le llevó al rey una de sus cabezas y éste, muy agradecido, le dio la recompensa y le nombró caballero.
Álvaro
¡Que fuerte era el hombre
ResponderEliminar¡Que fuerte era!
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