Un día, en un huerto, había dos zanahorias muy preocupadas porque ya casi habían salido de la tierra.
Pensaban que las iban a tirar a los animales; pero tuvieron mucha suerte:
¡LAS LLEVARON A UN COMEDOR ESCOLAR!
Estaban muy tristes:
Pensaban que las iban a tirar a los animales; pero tuvieron mucha suerte:
¡LAS LLEVARON A UN COMEDOR ESCOLAR!
Estaban muy tristes:
¡ A LOS NIÑOS NO LES GUSTABAN!
Cuando ya se veían como comida de los animales, cuál fue su sorpresa al ver que las llevaban a otro colegio, en el que tampoco eran del agrado de nadie.
Así, rechazadas por todos, pudieron vivir tranquilas y felices para siempre.
Pablo
No che gustan nada as cenorias,¿verdade Pablo?
ResponderEliminarMoi ben o conto.
Saúdos.