viernes, 27 de junio de 2025

"Satisfacción permanente"

Tras haber estado con quienes empezaron la ESO este curso, durante un período de dos a cuatro años, dependiendo del desdoble, el cariño que siento por ellos es especial, tanto por su forma de ser como por el respeto recíproco existente.

Había pasado por mi cabeza estos días que igual ni se acordaban de mí - empiezo a desnortarme; pero hoy he llevado la sorpresa de que tuve la inmensa suerte de que vinieron unos cuantos, incluyendo a dos niñas a las que solo tuve un curso.

Seguramente vendrían más, algunos no por circunstancias: "Yo soy yo y mis...".

Empezamos seis meses después del covid, por lo que me tendrán en su cabeza cuando se hable de esta enfermedad. 

Vivimos situaciones complicadas: adaptación, acosos, ritmo de trabajo, disciplina (nunca autoridad), bromas, experiencias personales... ¡Se acaba la enumeración! Nunca el respeto y creo que el cariño que nos tenemos.

Me hacía gracia verlos en el aula, con algunas hablando con más soltura que nunca - lo que me alegró muchísimo; contando alguna que otra anécdota, cómo les va en el instituto, qué tal me va... Se nos pasó el tiempo rapidísimo, con la agradable impresión de continuar como antes de que se hubiesen marchado.

No puedo negar lo especiales que son, su capacidad - no la voy a graduar, su actitud y comportamiento (en lo que, lógicamente, han incidido sus familias).

Si tras tanto tiempo trabajando, me acuerdo de aquellos que me tuvieron que aguantar desde el primer año de trabajo, qué voy a pensar de todas las alegrías que recibí de este grupo día tras día.

Ante la pregunta de la posibilidad de no encontrarme de cara al final del curso, una respuesta preciosa: "Ya te encontraremos". 

Siempre me acuerdo de un maestro llamado don Julio, al que tengo presente desde hace sesenta años. Sí que me gustaría que en el futuro se acuerden de una persona que solo trató de llevarlos hacia adelante con el nivel adecuado que necesitaban. ¡Sería más que suficiente!

De mi cabeza ya no se irán.

Un abrazo a todos.

Genaro Veira