martes, 2 de julio de 2024

"¡Menuda sorpresa!"

De 1.984 a 1.986 impartí docencia en el colegio de Coristanco a niños de 8 y 9 años. Se había creado una relación tan especial que, pasada una década, investigaron y lograron saber cuál era mi domicilio.

Se acercó uno de ellos que, por cierto, y tan joven, ya trabajaba en Londres; me invitaron a una comida - luego  a otra, lo que sigue todavía en mi cabeza. Algo extraordinario para mí en aquel entonces: lo que supone ser como una familia el alumnado y su tutor.

Hoy he llevado una gran alegría por parte de una persona extraordinaria, maravillosa en todos los aspectos, que ha sabido crecer e ir superándose día a día, no solo en los estudios. De ser sincero, con su capacidad e inteligencia, con la suerte de compañera - de la que siempre se depende, va  a ser capaz de conseguir todo lo que se proponga.

Quizás no merezca este trato, dado que no deja de ser mi responsabilidad una pequeña ayuda por mi parte. Me agradaría mucho que se acordasen de mí (algun@s ya lo han hecho), como yo de un maestro que tuve: Don Julio.

¡MUCHAS GRACIAS!

Genaro Veira